MIS CUENTOS

SEXTO GRADO 2011-2012

Proyecto: Escribir cuentos de misterio o terror.

Ámbito: Literatura

Propósito: Elaborar  un cuento de terror o misterio e identificar características, escenarios y descripciones propios de los cuentos de misterio o terror.

 

LOS FANTASMAS EN LA CASA DE LOS NÓPALME

Por Sixto Montes Vera

Había una vez en un pueblo llamado  Onital Acirema; una casona en donde vivía la familia  Nópalme. La  Mansión había cambiado de dueño en 1821. Anteriormente allí  vivía la familia Orebies. Los Nópalme con justicia y razón expulsaron a los Orebies; personas que por siglos se habían adueñado de la mansión. Cien años después, por malos tratos del jefe de los Nópalme;  la familia se vio envuelta en un conflicto en el que fue necesario  expulsar a ese déspota jefe. El  mayor problema lo enfrentaron cuando debían decidir  quién se quedaba al mando.

El conflicto que enfrentó la familia Nópalme, tuvo como consecuencia asesinatos, robos, intrigas, en fin; la  anarquía en todo su esplendor.

Al pasar los años, quedaron pocos descendientes. Había  una aparente calma. Tomó  el mando y control de la casa don Primitivo; persona de buenas ideas; pero de malas acciones, aun así, 70 años fue dueño y señor de la casa. Ya cansado y por la edad fallece don Primitivo, dejando la administración  en manos de Don Pancracio.

En esa casona aparecieron, tres fantasmas que amenazaban y asustaban a propios y extraños. Los etéreos personajes respondían a los nombres de Phina, Peñasco y Malón.

La mala suerte de los habitantes de la casa se recrudeció, pues los fantasmas eran enemigos entre sí, eran malos, muy malos, y eso, asustaba e inquietaba mucho a la gente.

 Phina defendía lo que don Pancracio hacía con la casa; pero buscaba la manera de desaparecer a Malón y Peñasco; mientras que Peñasco hacía todo lo posible de que lo que hiciera don Pancracio siempre saliera mal, además de pugnar siempre por la desaparición de Malón y Phina; en tanto Malón se la pasaba planeando la forma de cómo dar muerte al jefe Pancracio;  a Phina y a Peñasco. Así, don Pancracio estaba en peligro, por lo que una nueva desgracia estaba por caer sobre la casa.

Cierto día, a las doce de la noche; Phina se encontraba leyendo un libro de estrategias para disolver a los fantasmas; repentinamente pasa Malón con una hacha muy filosa hacia la habitación de don Pancracio. Phina se da cuenta y lo siguió muy de cerca. Phina, en ese momento no pudo defender a don Pancracio, por lo que comenzó a invocar la desintegración del fantasma enemigo; diciendo: “Sotsa fenso ditrapna reuma icar comed a laviv”. “Sotsa fenso ditrapna reuma icar comed a laviv”. __““Sotsa fenso ditrapna reuma icar comed a laviv”. El  fantasma Malón empezó a disolverse; al tiempo que a Phina le sucede lo mismo. Al verse afectada por el conjuro; Phina interrumpió la oración. Al interrumpir la frase, cae el arma de Malón sobre el brazo derecho de don Pancracio; dejándolo manco al instante.

 Don Pancracio despierta y al sentirse manco, corre, corre y cayó al bajar la escalera; moribundo y mal herido pide ayuda con los vecinos que están a lado norte de sus terrenos; quienes lo auxilian y curan.

Al amanecer don Pancracio regresó a su casa, fue a su habitación y  encontró una hoja de libro en el que sólo podía leerse la frase “Sotsa fenso ditrapna reuma icar comed a laviv”.

Después de mucho pensar; don Pancracio esperó despierto hasta las doce de la noche. Al principio escuchó jadear de sufrimiento a Phina y a Malón, mientras que Peñasco en un rincón se reía a carcajadas, una risa tan macabra que haría correr a cualquiera.

Peñasco se acerca invisible a don Pancracio, al tiempo que intentó  asfixiarlo. Peñasco gritaba, __ ¡muere Pancracio del demonio! __ ¡Primitivo nunca debió desaparecer! __ ¡Por tu culpa murió Primitivo! ___ ¡Primitivo debe volver! Don Pancracio se defiende a como puede del casi invisible personaje.

El ruido que provenía de la habitación de don Pancracio hizo despertar a los demás integrantes de la familia. La hoja del libro había sido bruscamente aventada, siendo recogida   por el menor de los Nópalme; a quién don Pancracio gritaba: __ ¡lee la frase de ese papel! __ ¡lee la frase de ese papel! Así, el joven empezó diciendo: ____“Sotsa fenso ditrapna reuma icar comed a laviv”. ____“Sotsa fenso ditrapna reuma icar comed a laviv”. Luego fue seguido por otro, y otro, y otro. ____“Sotsa fenso ditrapna reuma icar comed a laviv”. ____“Sotsa fenso ditrapna reuma icar comed a laviv”.

 Peñasco se fue desintegrando poco a poco, no sin antes maldecir a Phina y a Malón,  mismos que también  se disolvían.

Don pancracio se recuperó; pero aun los descendientes de los Nópalme siguen soñando con tener una mejor casa y vivir en armonía.